18 Nov La jueza sorprendida que dejó en libertad a Cienfuegos
“¿Esta solicitud se está haciendo al más alto nivel del Departamento de Justicia? ¿Tomó la decisión el fiscal general de Estados Unidos? Eso para mí no estaba claro, pero ahora lo está”.
Esas fueron las palabras de la jueza de la Corte Este de Distrito en Nueva York, Carol Bagley Amon, antes de conceder esta mañana el retiro de cargos contra el exsecretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, quien quedará libre en las próximas horas.
La audiencia, de nuevo, fue vía telefónica. En los minutos previos, en la línea se podía escuchar la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. No es que la sintonizaran en la Corte, sino que los reporteros y cadenas de noticias que se enlazaban al sistema la escuchaban. También sonaban teclados de computadoras y hasta saludos entre colegas periodistas en las redacciones.
Desde la Corte se hicieron al menos cinco solicitudes para silenciar los micrófonos de los teléfonos; sin éxito se tomó la decisión de poner un “mute” automático para todos los participantes, se hicieron las pruebas y comenzó la audiencia.
Ed Sapone representó al general Cienfuegos; Seth DuCharme y Allen Lee Bode al gobierno de Estados Unidos, la parte acusadora que ya no acusaba más.
Uno de los dos fiscales estadounidenses comenzó: “Seguir este caso va contra los intereses de Estados Unidos y su relación bilateral con México, específicamente en cooperación, anteponemos ese interés al del Departamento de Justicia“.
En ese momento, la jueza Carol Bagley Amon preguntó si la decisión venía de lo más alto del Departamento de Justicia, de la oficina del fiscal general William Barr, quien anoche emitió una declaración conjunta con el fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero para retirar los cargos contra Cienfuegos.
La respuesta de los fiscales fue determinante: “Sí, el fiscal Barr hizo la solicitud”.
La jueza empezó a entrevistar al general Salvador Cienfuegos, quien en todo momento contó con una traductora. Le solicitó ponerse de pie y jurar que respondería con la verdad.
“¿Acepta y entiende el acuerdo para retirarle los cargos?”
“Sí, señora”.
“¿Acepta regresar a México bajo la custodia del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos?”.
“Sí, señora”.
“¿Tiene miedo de ser perseguido en México?”
“No, señora”
La jueza entonces aceptó los argumentos de los fiscales que ya no acusaban más por órdenes del fiscal general estadounidense y determinó retirar los cuatro cargos de narcotráfico, lavado de dinero y conspiración contra el general Salvador Cienfuegos. En cuestión de horas pisará territorio conocido, territorio mexicano.
FUENTE: LATINUS.US
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