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De acuerdo a la Vigésima tercera Encuesta Nacional de Consulta Mitofsky sobre el Covid-19 en México,  la mayoría de los mexicanos piensa que las autoridades, sin distinguir entre federales y estatales para no herir susceptibilidades ni alimentar un pleito que a veces se asoma, pudieron hacer más cosas para evitar tantas muertes. Mientras que 56% así lo piensa, sólo el  41% afirma que hicieron todo lo que podían. Este es entre otros, uno de los principales resultados que se desprenden y he aquí el análisis.

¿Qué podían haber hecho? Ni los ciudadanos ni el que realiza la encuesta son expertos, pero a nivel de percepciones la mayor medida aceptada para evitar más muertes, según la encuesta, es “obligar” a usar cubrebocas, lo que contradice mucho del discurso “oficial” de la Secretaría de Salud federal, pero coincide y mucho con la postura de la mayoría de las autoridades estatales y municipales.

Otras medidas mencionadas por la mayoría son, aunque pueden para muchos considerarse inviables, “aislar” ciudades donde se detectaron fuertes brotes, controlando los accesos; “cerrar las fronteras” en algunos momentos de la pandemia; mantener más tiempo la “cuarentena”, y por último “castigar” a quien violara esa cuarentena.

Como se observa, todas esas medidas implican de alguna manera restricciones a la libertad que muchos que la necesitan, porque la economía no alcanza para encerrarse, pero no por ello es significativo que se considere que pudieron haberse implementado y con ello evitar muertes provocadas por Covid-19.

Los temores al virus no bajan, al contrario, la semana anterior se caracterizó por cifras altas y muy desalentadoras que lograron efectos contrastantes; por un lado se mantienen altos los niveles de miedo a infectarse (81%); a morirse (68%); o a encontrar a alguien infectado cerca de donde nos movemos (71 por ciento).

Por otro lado, y por la misma razón de escuchar cifras elevadas, se incrementó ligeramente la credibilidad en las autoridades cuando comunican las cifras; así sube de 53% a 55% quienes le creen, y de 46% a 47% la aprobación al presidente Andrés Manuel López Obrador en la materia.

Otros resultados a destacar son cómo poco a poco la cercanía con la enfermedad se hace más evidente, ya que en 12 semanas pasó de 20% a ya un 75% el grupo que afirma conocer a alguien que haya contraído la enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2.

En ese mismo periodo el porcentaje que dice conocer a alguien que haya muerto se ha multiplicado por 7 al pasar de 8% a 55 por ciento.

Cuando mezclamos los resultados anteriores: conocimiento de cifras altas, credibilidad en esas cifras, percepción de cercanía y miedo al contagio y a la muerte, entendemos tres cosas:

1. La idea de que aún no es momento de “reanudar” actividades.

2. Las ganas de la población de hacerse pruebas (dos de cada tres).

3. El crecimiento por tercera semana consecutiva del contagio como primer preocupación, que en ese lapso ha pasado de 28% a 39% superando a la preocupación económica que se ha estancado en los 30% y el que ha bajado es el miedo a la inseguridad como prioridad.

Dentro de los “actores” de la pandemia, los que menos opiniones negativas reciben siguen siendo los médicos y hospitales. El sistema de Salud de cada estado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud, es decir, toda actividad relacionada con los médicos y la atención a los enfermos está bien reconocida.

Por lo que respecta a la parte política, ya dije que 47% aprueba al Presidente, y del resto de autoridades 25% piensa que los gobernadores en promedio han hecho las cosas bien y 22%, los alcaldes.

Un caso importante de resaltar es el del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, que en las primeras mediciones tenía una imagen intachable, sólo superada por los médicos y hospitales, y que al pasar de las semanas de exposición constante fue incrementando sus negativos. Esta semana las cifras más creíbles detuvieron la caída de su imagen y hoy 47% tiene una buena y 37% percibe mala imagen de el funcionario.

Esta semana Mitofsky incluyó un capítulo sobre las muchas teorías del complot que desde el inicio de la pandemia han circulado en redes y en mensajería, y tiene resultados muy interesantes. Por ejemplo, el complot más “aceptado” es el de que los gobiernos ocultan cifras de muertos, porque intentan evitar mayor temor entre la población.

Las versiones que son totalmente rechazadas son la de que la enfermedad Covid-19 es un invento (aunque aun 12% o lo niega o duda); que lo causó la red 5G; que lo creó Bill Gates para después inyectarnos “chips” y controlar a la población, y que lo diseminaron las empresas farmacéuticas para después hacer negocio vendiendo vacunas.

Otras teorías que sin ser aceptadas mueven a la duda de las personas tienen que ver con China: que si se les escapó de un laboratorio, que si lo crearon como arma biológica y lo soltaron a propósito; o de que Estados Unidos lo diseñó y lo fue a soltar a China para culparlo de la tragedia.

FUENTE: ELECONOMISTA.COM

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