25 Nov Narración de un viaje de ciencia ficción al mundo de Obrador
Este gobierno para mí es en sí, a veces o casi siempre, como estar viendo una película de ciencia ficción, tan bien hecha que a veces no sabes en dónde empieza la realidad y donde termina la ciencia ficción, o dónde empieza la ciencia ficción o termina la realidad. El Presidente tiene el don de confundirnos a todos, de desconcertarnos a todos Y si de ciencia ficción hablamos, me puse a imaginar cómo sería viajar por la mente del Presidente de México, por sus pensamientos, por sus emociones, por sus afectos y sus odios.
Me imaginé de pronto encontrándome sumergida en su mente, descubriendo sus serios y repetitivos episodios de olvidos. Algo ahí pasa en su mente, que desde siempre he dicho y he insistido, en que son principios de demencia, probablemente no senil, sino de otra índole, no podría decir pues se requiere todo un diagnóstico psiquiátrico, psicológico y médico para determinar qué tipo de demencia padece y aunque, si bien el Presidente no es un hombre mucho mayor de edad, sí rebasa de los sesenta lo que lo pone en riesgo de padecerla.
Anteriormente, ustedes que me leen asiduamente, y a los nuevos que llegan a esta columna y que agradezco, les había platicado ya que mi padre padeció demencia vascular. Repetía constantemente las cosas, pero sus recuerdos favoritos eran los que tenían que ver con el pasado, ahí se sentía cómodo, eso era de lo que podía hablar y lo que entendía. Sin embargo no conectaba con el presente ni con la realidad. Recuerdo bien que el día que murió mi madre, saliendo del velorio, él venía platicándome de sus éxitos cuando trabajaba y los premios que había recibido en su vida laboral, pero no conectaba con la dolorosa realidad, es decir no entendía el aquí y el ahora y entonces recurría a fugarse al pasado, se mostraba agresivo y violento si se le hacía ver que estaba repitiendo las cosas o que no estaba entendiendo la realidad, y siempre se negó a aceptar su condición frente a mi. Sin embargo hubo un momento en donde supe que él sabía que estaba perdiendo la memoria y cuando murió descubrí que el escribía en unos blocks pequeños, todo lo que había hecho en el día o qué había comido o con quién había hablado como para retener lo que había hecho y no lo olvidara, y esos blocks estaban celosamente envueltos en cinta canela, como para que nadie se diera cuenta de lo mal que estaba y de que progresivamente cada vez sería peor, porque así es la demencia, no se detiene, y avanza y avanza, pero cuidó de que no lo supiéramos, él sabía que su mente se acabaría por perder.
Era especialista en culpar a los demás, y tenía sentimientos paranoides, creía que lo atacaban, que lo perseguían y que le robaban. Estoy segura que al leerme, estarán encontrando semejanzas con el Presidente y su comportamiento, porque me he dado a la tarea de observarlo, de analizarlo a distancia, y descubro que repite las mismas cosas una y otra vez, aunque para serles honesta, de pronto me tiene confundida si lo hace como para” insertar” su ideología en la mente de aquellos que le siguen o porque en realidad olvida lo que dijo en días anteriores y lo vuelve a contar y a repetir, con una cara de certeza y asombro, como si nunca lo hubiese contado, como mi padre lo hacía.
Siguiendo con este viaje de ciencia ficción, paseando por su mente y por sus pensamientos, descubro que a él le importan y mucho distintas y diferentes cosas que a los mexicanos nos importan, hay un abismo enorme entre él y yo, al menos hablo por mí.
A é le preocupa y le importa que la gente hable y comente de su esposa Beatriz Gutierrez Müller o de su hijo, le importa que las mañaneras no se detengan por ningún motivo, le importa que no se deje nunca de hablar de él, y le importa y le pesa la crítica que le hacen los medios de comunicación, sobre todo escritos, sobre todo también le importan y le pesan las redes, en especial Twitter porque “en facebook me quieren más porque le llega a más gente, y en Twitter todos los que me atacan son pagados”.
Le importa que cada festejo nacional sea una fiesta dedicada a él, en donde ríe, aplaude y se divierte, como si fuera un show para él, como si todo se tratara de él.
Niega rotundamente que existan grupos de personas que son pagadas y manejadas por su Gobierno para defenderlo cuando lo atacan, dice que “eso se buscan y eso encuentran porque hay mucha gente que me defiende”.
Y en este viaje de ciencia ficción, adentrándome en sus sentimientos, ahí sí me cuesta mucho trabajo entrar, parece que hay una barrera para acceder a ellos, no logro entrar. No logro siquiera adivinar a quién ama, (es decir, ya sabemos que ama el beisbol, la historia, comer, viajar), pero ¿A quién ama? no me transmite que ame a nadie, imagino en la vida real costándole mucho trabajo conectarse afectivamente con alguien más, porque claro, él dice que lo aman millones y no lo dudo, pero y él, insisto: ¿A quién ama?, no me lo imagino diciéndole a Beatriz un “Te amo y te necesito”, ni siquiera logro verlo como un padre amorosamente cercano, y digo, esta es mi teoría, porque no me consta, estoy diciendo sólo lo que me imagino. ¿Cómo habrá sido como padre cuando sus hijos eran pequeños o bebés? perdón, me cuesta imaginármelo jugando con ellos o cambiándoles el pañal…. pero insisto, tan solo eso me imagino.
Tampoco encuentro en este viaje a su interior, que sienta la más mínima compasión, tristeza o pena por los niños enfermos de cáncer, o por las mujeres con cáncer de mama que se han quedado sin poder continuar sus tratamientos, no encuentro en él compasión o tristeza por las miles de mujeres desaparecidas, asesinadas, mutiladas o violadas que hay en nuestro país.
No puedo acceder a su emoción ante más de 100 mil muertos por una pandemia, tan sólo encuentro el comentario que hizo con respecto a ello que apenas ayer mencionó: “no me gusta hablar de cifras, porque se presta al amarillismo”… ¡Vaya, yo casi pensé que diría que no le gusta hablar de esas cifras porque le duelen”.
El Presidente no se ama ni a sí mismo y es por eso que constantemente ataca a otros que le representan miedo e impotencia, como Felipe Calderón por ejemplo, que aceptémoslo , tenía porte para ser Presidente, alto o bajito, lo tenía y el Presidente lo sabe y siente que literalmente ” no lo alcanza”. La autoestima de Obrador es pequeña y mínima, por eso necesita reafirmarla diariamente desde su amada tribuna llamada que el mismo bautizó como “La Mañanera”.
Pareciera que tampoco le dolió la muerte de su hermana, se rumoró que la hermana se agravó durante la mañana del día en que murió, pero el Presidente prefirió no abandonar La Mañanera, ¡¡¡cómo iba a abandonar su gran logro!!! Su hermana podía esperar. No estoy diciendo tampoco que se pusiera a llorar en medio de la gente, pero creo que no le habría venido nada mal un solo gesto de humanidad y de sentimientos. Al día siguiente se limitó a decir que gracias por las condolencias de algunos y a señalar que muchos otros se burlaron de esta situación, que era una cosa que nunca fallaba. Ni en momentos de dolor puede dejar el odio o el rencor a un lado.
En fin amigos, que este viaje de ciencia ficción me ha agotado, no logro entenderlo, no logro descifrarlo, más allá de la figura que representa para los mexicanos. Humanamente me da hasta cierto punto compasión y ternura, porque un hombre perdido en el pasado, con tantas inseguridades, con tanto odio, y encima con tantos olvidos, ¿podrá ser feliz? Porque segura estoy, ya se habrá dado cuenta que la felicidad no se la da un Palacio, ni viajar en Suburbans blindadas.
Ya son dos años que lleva en el poder ,y ahí sigue, sin transmitirme nada.
Por eso a veces, me da por quererme imaginar cosas.
Y hasta aquí termina este viaje de ciencia ficción, que no sirve para mucho la cosa, porque nada lo hará cambiar, porque sin duda creo que no se dejará ayudar por nadie y que sólo los mexicanos pagaremos muy caro que un hombre como él , siga en el poder , destruyendo todo a su paso sin poder pedirle piedad ni compasión hacia nosotros. Hacia los más pobres o hacia los menos pobres, porque el dice que Gobierna para todos. Dice…
Si pudieras adentrarte en sus entrañas, honestamente ¿Qué encontrarías? te lo dejo como reflexión.
Claudia Rivera @panaclo
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