26 Jan Yo no le creo
Me parece que sigue siendo inaudito la forma en cómo se han venido dando las cosas en México con respecto a la pandemia, pero más inaudito me parece la manera en cómo se ha manejado la información con respecto al supuesto contagio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y digo “supuesto” porque tengo varios motivos para creerlo y lo digo como una simple ciudadana más, no como experta en nada.
Pero vayamos por partes.
De ser cierto que el Presidente tenga Covid, me parece inverosímil que aún sabiéndolo haya tenido la osadía de abordar un avión lleno, pero aún sin saberlo sigue siendo totalmente inconsciente al haber continuado con sus “giras” que hoy por hoy no son para otra cosa, sino para levantar a su partido y la imagen de él que está por los suelos, aún cuando existan muchas encuestas elevándolo por los cielos.
En el inconsciente colectivo mexicano se nos formó la idea de que el Presidente ya ha sido vacunado, lo pensamos y sentimos porque a casi un año de la llegada de la pandemia y de que él nunca tomó ninguna medida para evitar contagio (ya sabemos nunca usó cubrebocas, ni usará, siguió saliendo de viaje, dando las Mañaneras todos los días, convocando a periodistas, y un larguísimo etc), ¿es hasta ahora cuando se contagia? Y ni qué decir de la manera en cómo se dio a conocer el asunto: por Twitter. Sí, ese que tanto odia y detesta, ese que dice que está controlado por el PAN, a ese mismo medio recurrió para comunicarlo. No fue a través del Secretario de Salud o del Subsecretario de Salud, los cuales han guardado absoluto silencio, tan absoluto que Hugo López-Gatell dijo que no dirá nada del estado de salud del Presidente, porque eso es un tema CONFIDENCIAL.
¿En qué país habíamos visto algo igual ?
Justamente llega el “contagio” en que la cifra de muertos por el covid en México fue de 150 mil, en medio de un caos en el sistema de vacunación, en medio de la información que se tiene acerca de que los llamados “Siervos de la Nación” ya fueron vacunados para poder vacunar a los demás, como un malévolo interés electoral, en medio del reclamo de muchos por haber vacunado a los maestros en Campeche como una manera urgente y desesperada del Presidente por limpiar, (por así decirlo) la escena del crimen, y que ya empiecen las clases en Campeche, estado que, llámenme mal pensada pero me parece habrán puesto en el semáforo epidemiológico en verde al gusto, como para empezar a “barrer de arriba para abajo” como siempre lo ha dicho él, toda huella del destrozo en el manejo la pandemia.
Por otra parte, pues, mágicamente de todas las personas con la que estuvo el Presidente, no ha resultado ser contagiada. ¿Pues qué suplemento vitamínico toman? ¿o es que las nanopartículas de la Secretaria de Gobernación sí funcionan?
El descrédito del Presidente es mayúsculo, el que una gran parte de la nación no le crea que tenga Covid, aunque lo tenga, dice mucho acerca de las consecuencias que han tenido sus mentiras cotidianas en La Mañanera, la cual por cierto, sin él, pierden sustancia y sustento. En definitiva: sin ellas el Presidente no podría seguir subsistiendo políticamente.
¿Qué podrá pasar cuando el Presidente vuelva al escenario ? Primero que nada, desearle que se cure, si es que está contagiado, y el que habla siempre del perdón, que perdone a la gente que se ha alegrado por su contagio o que le ha deseado su muerte, quizá podría entender que es natural esta reacción cuando nos hemos visto sin medicamentos para niños con cáncer, sin medicamentos ni tratamientos para mujeres con cáncer, con miles de mujeres desaparecidas ante la indolencia de este Gobierno. En el fondo sé que podría perdonar.
Creo que desgraciadamente las cosas no van a cambiar mucho, tal vez saldrá a decir que la enfermedad no es para tanto, seguirá sin usar cubrebocas y seguirá mintiendo cada vez más y mejor para reposicionar a Morena y a su imagen. Veo difícil que tenga la humildad para reconocer que falló, que se ha equivocado y pedir perdón ante sus dichos, como el “Detente enemigo, el señor está conmigo”, sus estampitas, su “no pasa nada, salgan y abrácense todos”, y su “ya vamos saliendo de la pandemia”.
El que ya tendría que dejar el puesto es Hugo López-Gatell, sin embargo me parece que hay tal complicidad ya entre los dos, que uno a otro se necesitan.
Mientras tanto, nosotros, desde nuestro lugar, tenemos que hacer lo que sabemos para cuidarnos y cuidar de otros, desgraciadamente no veo cercana la posibilidad de vacunarnos. Ojalá me equivoque.
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