10 Jul El 69% murió por COVID sin recibir cuidados intensivos.
En las conferencias, noche a noche, de Hugo López-Gatell y sus colaboradores no se habla de que 21,641 personas han fallecido sin pisar las Unidades de Cuidados Intensivos habilitadas para tratar el COVID. El gobierno se afanó en crear una infraestructura especial para atender coronavirus, acaparando 3 de cada 10 instalaciones hospitalarias, lo que significó descuidar a otros enfermos. Todo esto está registrado en las bases de datos públicas de la Secretaría de Salud, consultable en su web.
Existe un verdadero drama en la historia del COVID en México, eludido constantemente en la conferencia de las 19:00 horas en las que López-Gatell y sus colaboradores inventan mapas, gráficas y personajes de caricatura cada día. Nunca se habla allí de que 69.54 por ciento de los pacientes, 21 mil 641 personas de 31 mil 119, murieron sin pisar las Unidades de Cuidados Intensivos habilitadas para tratar el COVID.
El siguiente dato no es menos dramático. El país se afanó en crear una infraestructura especial para atender los casos de coronavirus, acaparando el 3 de cada 10 instalaciones hospitalarias, lo que significó descuidar a otros enfermos. Sin embargo, los pacientes están muriendo en alto porcentaje antes de llegar a pisarlas.
Esta misma semana, Crónica dio cuenta de que los ventiladores traídos de emergencia al país no representaron nada para 8 de casa 10 decesos, pues esos pacientes que finalmente fallecieron no fueron conectados a estos aparatos que les hubieran auxiliado a respirar.
Fue particularmente el sector federal el que cargó con estos casos donde los pacientes no pisaban las unidades de cuidados intensivos antes de morir por COVID: El IMSS tiene hasta ahora 15 mil de estos casos, hay 6 mil más en los hospitales de manejo directo de la Secretaría de Salud federal y mil 600 en el ISSSTE.
Estas unidades especialiazadas en los centros hospitalarios están destinadas a atender a los pacientes que están en una situación suficientemente grave para poner en peligro su vida. Los agravamientos repentinos también son un factor a atender allí.
El equipamiento de estas unidades es de mucho mayor cuidado que las camas de hospitalización normales, pues se deben monitorear constantemente los signos vitales del paciente, además de controlar e intervenir en otras funciones vitales. La imagen clásica de estas unidades es la de un paciente recostado y conectado simultáneamente a monitores cardiacos y de respiración, además de sueros y soluciones. Los ventiladores artificiales para ayudar a los pacientes a respirar cuando pierda esa capacidad, también están allí.
Las unidades de cuidados intensivos no se han visto saturadas. Las muertes ocurren antes de que el paciente llegue allí. No se les brinda atención primaria.
FUENTE: CRÓNICA.COM.MX
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